14 ene 2013

Mientras tú llegas..solo queda soñar.

Uno es uno mismo y sus fantasmas. Estamos llenos de espectros, de voces que vienen a nosotros. A algunas conocemos, a otras no, algunas nos interpelan sin saber cómo ni cuándo ni por qué. Pienso como Forster,  que somos portadores de una deuda con esas formas, con esos espectros del pasado. 
En un absurdo afán por reconciliarme con esas voces, con esos pensamientos que en algún momento creí realizables y hoy no son más que pavesas de aquel incendio en el que ardieron sueños y promesas de amor. Quisiera en esta noche poder enfrentarlos con la autoridad necesaria para erradicarlos, pues no hacen más que recordarme que reinan tiempos de ruptura, de olvidos, de simplificaciones, tiempos que exaltan lo rápido y digerible, y castigan el esfuerzo de saber que las cosas importantes cuestan, que a un poema hay que leerlo varias veces para que realmente penetre en el alma, que a una pintura hay que observarla con mucho detenimiento, que la música hay que escucharla con atención...
Tiempos demasiados veloces que devoran todo, tratar de recuperar serenidad y reflexión constituye un desafío enorme, pero me resisto a renunciar. Tristemente resignada y luego de haber vivido en carne propia la experiencia, comulgo con Adamov cuando dice: "Las palabras, esas guardianas del sentido no son inmortales, no son invulnerables. Algunas quizás sobrevivan, otras son incurables... agotadas, roídas  manchadas, las palabras se han vuelto esqueletos de palabras, promesas fantasmas..."
Entonces me pregunto ¿Qué sentido tiene oír esas voces, prestarles atención noche tras noche? ¿Hasta qué punto el pasado es necesario para construir futuro? Si así fuera, un alto grado de nuestras bases estaría compuesto por decepción y tristezas, por fracasos y derrotas... a veces pienso que realmente sacar belleza de tanto caos es virtud. Y justamente de eso se trata detenerme a escribir, de rescatar cierta belleza para armar un frente de esperanza, un frente que me salve de tanto oximoron.
Una vez más, las miserias de ambos mundos se entrecruzan, se mezclan, se funden y no solo nos atraviesan sino que además nos encañonan contra la pared. Entonces me propongo pensar el universo a largo plazo y descubrir que siempre hay buenas razones para tapar el sonido de esas voces fantasmas cargadas de miedo y terror por todo aquello que aún no pudo ser, y pienso libremente..
//El sol en el desierto del Sahara es capaz, por si solo, de cubrir las necesidades energéticas de dos tercios del mundo. Mas tarde o mas temprano, los científicos trabajando en eso van a lograrlo.
//Sin agua potable mueren mas de dos millones de niños por año en el mundo. Tenemos dos tercios del planeta cubiertos por los océanos y el cuarenta por ciento de la población mundial vive a menos de 80 km del mar: tenemos agua. Salada, es verdad pero la buena noticia es que es posible desalinizarla. Y se está logrando.
//Qualcomm Tricorder, algo semejante a una tableta I-Pad, dará próximamente acceso al mejor diagnóstico médico por poco dinero y desde el punto más alejado del planeta: una revolución impensada para quienes a diario reclamamos por el sistema de salud que nos tocó de suerte.
Nuevamente no me resigno a la inmutabilidad del mundo. Me abrazo a la pasión de los hombres y mujeres que creen en otro mundo posible, más libre, más igual, sin promesas fantasmas, vacío de pactos sin compromiso y más fraternal. Mientras tanto, no dejo de esperarte, no dejo de soñar un futuro, un tiempo mejor a tu lado y así te escribo, mientras tú llegas sólo queda soñar..


Cansado el mundo pide que lo salve.
Mi frente arde y yo espero a que tú vengas.
Blancas azucenas crecen en mi pecho
y hasta ti arrastra su aroma este viento.
Hoy nace un niño y el otoño me sonríe.
Tú me lo pides y yo dejo de fumar.
Y la ciudad febril tirita ante este encuentro.
Todo conduce a ti, mientras tanto espero.
Y yo que no creía en el destino.

Mientras tú llegas las horas pasan
clavando en mí sus agujas
y en la penumbra me despierto
buscándote a tientas.
Mece mi cuerpo como a un árbol la tormenta
y en su corteza tallo tu nombre.
Mientras tú llegas, espera un hombre
inquieto, escribe en el cielo
blancos recuerdos del futuro
y mil aves vuelan
para llevarte una radiante azucena,
promesa de un tiempo mejor.
Promesa de un tiempo mejor.
Promesa de un tiempo mejor.

Ya no sé que inventar
para llenar las horas.
Todas las cosas se empeñan
en hablarme de ti.
Y, así, te escribo, me hago un té, me duermo.
Salgo de casa, me digo que estoy bien, me miento.
Feliz, sonrío y la tormenta se despide
y en mi sonríen todos los hombres del mundo.
En ti descubro siempre todos los misterios,
la calma que atenúa este implacable vértigo.
Y todo se ha de salvar si apareces tú.

Mientras tú llegas las horas pasan
clavando en mí sus agujas
y en la penumbra me despierto
buscándote a tientas.
Mece a este tiempo como a un árbol la tormenta
y en su corteza tallo tu nombre.
Mientras tú llegas un hombre espera
y resuelto hace su nido
y en el principio fue tu verbo,
amarte así, con la urgencia
de quien teme que llegue su fin.
Sin ti sólo queda esperar.
Mientras tú llegas, esperar.
Sin ti sólo queda esperar.
Mientras tú llegas, esperar.