A casi treinta años del informe producido por la UNESCO acerca de los problemas de la comunicación de masas en las sociedades modernas, el actual Proyecto de Ley de Comunicación Audiovisual que aún permanece solo en un esbozo que no termina de implementarse en el país. Aunque parezca totalmente increíble el estado nacional continúa “regulando” la actividad de lo medios a través del Artículo 45 de la Ley Nº 22.285 sancionada durante el año 1.976 bajo el gobierno de la dictadura militar.
El irlandés Sean Mc Bride, premio Nobel de la paz, trabajó para la UNESCO en la investigación de esta temática y en 1.980 presentó un informe que entre otras cuestiones, planteó la existencia de un nuevo orden mundial de la comunicación casi paralelo al surgimiento del nuevo escenario político y económico mundial de esa década.
Entre otras cuestiones, aquel informe planteaba la eliminación de los efectos negativos de los monopolios en el mundo privados o estatales, la comunicación esencialmente como un servicio social y la pluralidad de las fuentes de información.
Luego de tres décadas vale preguntarse ¿Cómo repercutieron las conclusiones de este trabajo en Argentina? Más precisamente, ¿Los gobiernos sucesivos se han interesado por actualizar las normas de manejo de la información.?
Lo cierto es que en 1.989 bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem tuvo lugar la ley de reforma del estado de la mano de un largo listado de servicios a privatizar, no solo entre ellos sino que en primer lugar, se hallaban los medios. Así, a través del Artículo 65° se modificó la Ley 22.285, ampliando la cantidad de licencias de 4 a 24 medida que promovió la proliferación de los medios en muy pocas manos. A partir de ese momento las empresas gráficas fueron habilitadas para ser licenciatarias de los medios radiales y además se permitió la intervención y/o participación de los capitales extranjeros en los medios del país.
Gracias a estas medidas nefastas que, a través del lema “Los servicios estatales ya no sirven porque solo generan perdidas” condujeron a La República un verdadero caos político, económico y social que terminó con la insostenible y descabellada paridad $1 = U$U 1 de los años noventa. Por aquellos años el diario Clarín ya tenía participación en Canal 13, Radio Mitre, Multicanal, DyN, Papel Prensa y Producción de Eventos.
A partir de ejemplos como el de “El Gran diario argentino” queda claro que en Argentina no han hecho eco las conclusiones del brillante estudio de Sean Mc Bride. Hoy después de tres décadas y con un mapa empresarial que expresa una escalofriante concentración de medios de comunicación en manos de muy pocos, surge la imperiosa necesidad de sancionar de una vez por todas la nueva Ley de Radiodifusión.
Dado que si unos pocos controlan la información no es posible vivir en verdadera democracia. Deben adoptarse políticas efectivas para evitar la concentración de la propiedad de medios porque los monopolios y oligopolios conspiran contra la democracia, al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la cultura y la información de los ciudadanos.
http://www.perio.unlp.edu.ar/
http://www.lavaca.org/
El irlandés Sean Mc Bride, premio Nobel de la paz, trabajó para la UNESCO en la investigación de esta temática y en 1.980 presentó un informe que entre otras cuestiones, planteó la existencia de un nuevo orden mundial de la comunicación casi paralelo al surgimiento del nuevo escenario político y económico mundial de esa década.
Entre otras cuestiones, aquel informe planteaba la eliminación de los efectos negativos de los monopolios en el mundo privados o estatales, la comunicación esencialmente como un servicio social y la pluralidad de las fuentes de información.
Luego de tres décadas vale preguntarse ¿Cómo repercutieron las conclusiones de este trabajo en Argentina? Más precisamente, ¿Los gobiernos sucesivos se han interesado por actualizar las normas de manejo de la información.?
Lo cierto es que en 1.989 bajo el gobierno de Carlos Saúl Menem tuvo lugar la ley de reforma del estado de la mano de un largo listado de servicios a privatizar, no solo entre ellos sino que en primer lugar, se hallaban los medios. Así, a través del Artículo 65° se modificó la Ley 22.285, ampliando la cantidad de licencias de 4 a 24 medida que promovió la proliferación de los medios en muy pocas manos. A partir de ese momento las empresas gráficas fueron habilitadas para ser licenciatarias de los medios radiales y además se permitió la intervención y/o participación de los capitales extranjeros en los medios del país.
Gracias a estas medidas nefastas que, a través del lema “Los servicios estatales ya no sirven porque solo generan perdidas” condujeron a La República un verdadero caos político, económico y social que terminó con la insostenible y descabellada paridad $1 = U$U 1 de los años noventa. Por aquellos años el diario Clarín ya tenía participación en Canal 13, Radio Mitre, Multicanal, DyN, Papel Prensa y Producción de Eventos.
A partir de ejemplos como el de “El Gran diario argentino” queda claro que en Argentina no han hecho eco las conclusiones del brillante estudio de Sean Mc Bride. Hoy después de tres décadas y con un mapa empresarial que expresa una escalofriante concentración de medios de comunicación en manos de muy pocos, surge la imperiosa necesidad de sancionar de una vez por todas la nueva Ley de Radiodifusión.
Dado que si unos pocos controlan la información no es posible vivir en verdadera democracia. Deben adoptarse políticas efectivas para evitar la concentración de la propiedad de medios porque los monopolios y oligopolios conspiran contra la democracia, al restringir la pluralidad y diversidad que asegura el pleno ejercicio del derecho a la cultura y la información de los ciudadanos.
http://www.perio.unlp.edu.ar/
http://www.lavaca.org/
