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17 jul 2012

Barricada contra el gris líquido y los malos pronósticos.


Frío que corta como un vidrio roto. Frío que congela el dulce recuerdo de aquella alameda testigo de la sorpresa en nuestros rostros al vernos por primera vez. A esta altura la esperanza ya es una copa vacía que no sirve para saciar mi sed. Los días tienen su momento de incógnito, ese espacio que tu voz ya no llena. Cansada de buscarte inútilmente entre la gente, fantaseo con la posibilidad de fabricar casualidades. Esta tarde llora en mis lágrimas la dulce Tita de Laura Esquivel. Como cuando descubrió que Pedro nunca más volvería. Finalmente el mismo fuego de la pasión con la que se habían amado terminó quemando el recuerdo de aquel amor truncado por el estúpido orgullo y prejuicio.
Como casi siempre ocurre en la vida, la realidad suele presentarse carente de tonalidades extremas y reina el gris, ese tono mediocre que tiñe los muros líquidos de la modernidad.
Tiempos llenos de incertidumbre. Si tendría que ponerle un nombre a este año, lo llamaría “Año incierto” caracterizado por este alto nivel de interrogantes políticos y económicos. Pero por sobre todo políticos. Elecciones en Estados Unidos, Francia, Rusia, México, Venezuela, China, Egipto, Kenia y Taiwán, constituyen la antesala de la dicotomia "militarismo ó proteccionismo". La democracia y sus enemigos ...
Los bienes materiales y culturales que importamos traen impresos en el código de barras un alto grado de transitoriedad, pues últimamente todo cambia. Y aunque nuestro gobierno haya cortado cierta dependencia a la hora de tomar decisiones y pese al increíble progreso de América Latina, los efectos del desacelere de la economía mundial no dejan de condicionarnos.
Desearía poder hacer oídos sordos a los pronósticos economistas que hablan de una caída en el crecimiento por sobre el 35% para Sudamérica, situación que podría empeorarse en caso que China tambaleara. Escucho a los gurús pero al mismo tiempo creo profundamente en un crecimiento basado en la inclusión y sustentabilidad latinoamericana.
En medio de la entropía que mueve las finanzas y la política del mundo, se encuentra mi propio desorden ése que dejó tu repentino Adiós. Sin embargo, te espero contra todos los malos pronósticos, duplico la apuesta y me animo a soñar con la posibilidad de volver a dormirme en tu almohada, revolver juntos viejas tiendas de libros, emprender un viaje a la montaña y envejecer los dos a base de risas y caramelos.