Restos de tarde de domingo al sol y mates en Ezeiza. Ecos de risas
infantiles remontando barriletes. Autos al costado de la autopista a puertas
abiertas. Se duerme el domingo en el que Argentina retiró su embajador de
Paraguay en rechazo a la
destitución de Lugo.
Sin lugar a dudas hubo un golpe en Paraguay, a pesar de que pensemos que
este tipo de situaciones no volverían a surgir en la región. Es que la historia
no llegó a su fin como Fukuyama piensa, por el contrario, la historia está más
viva que nunca y más aún en América Latina.
Mientras los países del Mercosur le niegan la entrada a Franco a la próxima
cumbre, Arsenal es campeón por primera vez en el fútbol argentino. River volvió
a primera división y Clarín habla del paro nacional del miércoles con tono
tenebroso, como si fuera el primer paro o el último en la historia de nuestro
país. Aunque, admito que el oportunismo deplorable de Cecilia Pando convocando a la marcha a través de twitter da un poco de miedo. ¿Desde cuándo a la ultraderecha le importan las protestas de los trabajadores? Confío en que gobierno de base peronista y CGT van a seguir de la mano... confío en un acuerdo. Me duele este tironeo por demostrar quien es más poderoso, no encaja en este modelo de país.
El ser humano tiene esta doble dimensión. Pienso que lo propio y
sentimental se mezcla siempre con lo social, simplemente porque somos animales
sociales y por sobre todo, sensibles. Así es como mis crónicas nacen de una
mirada para afuera y otra para adentro, y con ésta última me enfrento a miedos
y emociones. Cuando uno escribe escucha exclusivamente la voz del alma y a veces,
como en esta ocasión, escribo para fotografiar un estado que recuerda un amor perdido. Seguramente a muchos otros les duele un amor perdido en esta noche.
Domingo en compañía de los dos últimos discos de la Negra, suena su voz junto a María Graña y Leopoldo Federico al bandoneón, ellos me inspiran.
Rodolfo me inspira, al
amor perdido estas palabras...
Seguramente sabrás quién soy, aunque no sabes de
quien hablo, tampoco que hoy para no extrañarte tanto, te recuerdo. Y que por no perder
este momento, lo escribo. Hoy desperté con la
esperanza de envejecer juntos, y sin saber dónde estás, he pensado en seguir escribiendo y en seguirte esperando porque te debo besos y poemas. Te debo esta nostalgia de domingo. Te debo tu 'canción de amor'. Te debo el sudor cuando te amaba. Te debo el insomnio. Te debo aquel miedo bueno. Te debo la
magia de tu voz leyéndome un cuento. Te debo el cansancio de esperarte. Te debo las puntuales llamadas de teléfono. Te debo los sábados de marzo. Te
debo mis ilusiones. Pero de todo esto que te debo, siento que nada vale más que tu
recuerdo.